Tuesday, July 04, 2006

LLUVIA (Quiahutil)



Llenos de cambios, creadores y destructivos. La persona lluvia Puede ser nutritivo y apacible, o puede ser destructor.

Tristeza y depresión son compañeras de su vida. Las altas y las bajas emocionales son su pan de cada día. Su tristeza puede ser profunda y cerrada como una tormenta, pero de un dái a otro puede cesar.

Su alegría, puede ser contagiosa, y saben disfrutar de esos días en que apenas de los lagos se van formando las nubes, y luego de días acumuladas, aunadas a una explosíon, estalla la ira o la tristeza, y se desparrama el lagrimeo infinito, incesante, como se anuncia cada lluvia.


Multifacéticos con éxito. Lluvia bien hecha, brisa bien hecha, granizo bien hecho.
Puede improvisar y puede tener cambios repentinos. Así como una mala situación puede ser el detonador de su furia, también las plaabras sinceras que explican y calman llegan a sus oídos (no siempre, a veces se recomienda dejar que llueva un rato y luego intentarlo).
Pueden hacer los más grandes sacrificios por sus seres queridos o sus metas personales.

OFICIOS: que limpian, curan, sana, purifican, examinando todo lo que cubre la lluvia, la naturaleza, la gente, las cosas. Muy concientes de lo que es la salud y al enfermedad, la calma y la euforia, pueden introducirse con profundidad en los temas científicos que desde una u otra trinchera, se dirija hacia la salud. La técnica les es un campo abierto.

Así como la lluvia puede refrescar un campo árido, así una persona lluvia puede ser de gran ayuda cuando hay dificultades, pues así como la lluvia cae para todos, las personas lluvia se inclinan por ayudar a quien sea.
Por ser algo que cae del cielo, se inclinan por lo místico, por lo que hay más allá, de modo que son religiosos, creyentes, místicos.

Pueden llegar a ser exagerados en la limpieza y con sus altas y bajas emocionales, su tristeza, llegar a ser un enigma para ellos mismos. Cuando conocen su propio ciclo que inicia con la formación de nubes, su acumulamiento, su chispa detonadora, su caida como lluvia o tormenta, el riego que hacen de campos y ríos, lagos y montañas, perciben toda la frescura o daño que hayan hecho luego de desatar su agua, entonces, al conocer sus causas y efectos, saben detectar los días para convivir y los días para aislarse, reconociendo todas esas facetas en si mismos, y las constantes que incitan a que llueva o no en su propio ser.